Get new content directly in your e-mail.
When the passion and dedication move you a lot more than other people’s opinions.
A fight, a story of self-improvement that has taken Raquel Cobo to succeed and work in that she loves the most: dance.
What’s your name?
I am Raquel Cobo, ballroom dance teacher, American-dances and Zumba official instructor.
How long have you been working in dance?
I have been working as a dancer professionally for more than 21 years as a teacher and choreographer. I am European Champion of Acrobatic Rock&Roll and licensed by the Madrid Sport Activities Federation.
What other dance styles do you teach?
Currently, I work in many schools and academies in Madrid and I travel to teach workshops and dance training in other cities.
I teach all competitive and social ballroom dances, just to understand in Spain we divide competition ballroom and social, improvised ballroom. I teach bachata, salsa, kizomba, tango, lindy hop, west coast swing, all American couple dances, pasodoble, waltz, jive, swing, milong among many others, and zumba.
I teach classes from an amateur level to a professional level to other teachers who want to get training and control at the same level in both leader and follower in the all the dance styles I have named before.

I have asked you to tell us your personal story, your fight against gender stereotypes in the dance scene which you have had to suffer along your professional career.
Would you mind telling us?
One of the first disappointments I have had in dance and that I have always feared is going out to dance to have fun, because in many occasions I have been rejected dances and been told “no”. If I approached a girl she would tell me she doesn’t dance with women, and if I approached men either they would also say “no” or wanted to dance with the amazingly well curved woman next to me, not to mention that a girl asking someone to dance was unacceptable. All this happened when I was starting and it was really hard because I was young and felt very out of place to be honest. Up till today I am very embarrassed of asking people to dance for fear of rejection, even though as you get older and stronger you get over these things. These same things happened with wanting to be an entertainer, presenter, rrpp asking men in dance clubs to dance…back in my day a girl could not do that: impossible.
There a lot of dance schools, dance clubs, etc in which I have asked for work as a dance teacher, may it be ballroom or latin, and I haven’t been called or have been directly rejected for being a woman and not bring a man as a partner. Because in those same dance spaces men could work alone and take the lead, but not women.
The most hurtful story for me, and at the same time what set a turning point for me in my life was when I was called by a dance club to teach a bachata workshop and asked me if it is possible to bring a partner. I didn’t want to refuse the job because I had always wanted to be a part of that scene and asked a student (man) to accompany me.
I told him I would pay him half of what I was going to make, I don’t remember how much exactly (for example 100€), so I said 50€ for you and 50€ for me. It was a student who had been learning with me for long by then and he accepted.
We did the workshop. I marked it with him previously and put on the microphone myself. At that point the boss already commented “are you carrying the mic? The woman?” and I replied, “yes, of course. I am the teacher”. His face was not exactly what you would call nice, warm and pleased.
We danced all night and, when it was time to leave, the boss came to us with two envelopes: my male student received 60 euros and I got 40€. To what my student replies “I was given 10€ more in the end” and I said: “yes, it’s the same 10€ they took from me”. His answer what “why is that?” I explained that in some places the man earns more and he says “cool!”. He did not have the decency to give me my part of the money and two days later he met a girl and said bye to the dance scene and stopped dancing.
Since that moment in my life I refuse to be imposed a partner, even though that means teaching less classes, I teach alone. I have been training and learning for many years as a leader and as a follower, my parents put in a lot of effort and work for me to learn how to dance and till today I dont need a male dance partner, whether someone likes it or not.
The history of Raquel Cobo is one of success and achievements in a “traditional partner” dance world. Thanks to her, new and future generations of female dancers and teachers have the path ahead today a little bit easier. Every day new talents appear in the dance scene, and thanks to people like Raquel who fight and have fought for gender equality, the partner-dance scene today is a little bit better.
If we know our history, we don’t have to make the same mistakes again.
Don’t forget to follow Raquel, comment and give us your opinion.
En español:
Cuando la pasión y la dedicación te mueven mucho más que las opiniones de los demás.
Una lucha, una historia de superación personal que ha llevado a Raquel Cobo a triunfar y trabajar en lo que más ama: la danza.
¿Cuál es tu nombre?
Soy Raquel Cobo, profesora de baile de salón, instructora oficial de danzas americanas y de Zumba.
¿Cuánto tiempo llevas trabajando en la danza?
He estado trabajando como bailarina profesional durante más de 21 años como profesora y coreógrafa. Soy Campeona de Europa de Rock&Roll Acrobático y estoy licenciada por la Federación de Actividades Deportivas de Madrid.
¿Qué otros estilos de baile enseñas?
Actualmente, trabajo en muchas escuelas y academias en Madrid y viajo para enseñar talleres y entrenamiento de baile en otras ciudades.
Enseño todos los bailes de salón competitivos y sociales, solo para entender en España dividimos el baile de salón de competición y el baile de salón social e improvisado. Enseño bachata, salsa, kizomba, tango, lindy hop, west coast swing, todos los bailes de pareja americanos, pasodoble, vals, jive, swing, milonga, entre muchos otros, y zumba.
Enseño clases desde nivel amateur hasta nivel profesional a otros profesores que quieren obtener capacitación y control en el mismo nivel tanto en el líder como en el seguidor en todos los estilos de baile que he mencionado antes.
Te he pedido que nos cuentes tu historia personal, tu lucha contra los estereotipos de género en la escena de la danza que has tenido que sufrir a lo largo de tu carrera profesional.
¿Te importaría contárnosla?
Una de las primeras decepciones que he tenido en la danza y que siempre he temido es salir a bailar para divertirme, porque en muchas ocasiones me han rechazado para bailar y me han dicho “no”. Si me acercaba a una chica me decía que no bailaba con mujeres, y si me acercaba a hombres también decían “no” o querían bailar con la mujer al lado mío que estaba mejor dotada, sin mencionar que una chica que pide bailar era inaceptable. Todo esto sucedió cuando estaba empezando y fue muy difícil porque era joven y me sentía muy fuera de lugar, para ser honesta. Hasta el día de hoy me da mucha vergüenza pedirle a la gente que baile por miedo al rechazo, aunque a medida que envejeces y te fortaleces, superas estas cosas. Estas mismas cosas sucedieron cuando quería ser animadora, presentadora, RRPP pidiendo a hombres en clubes de baile que bailaran…en mi época una chica no podía hacer eso: era imposible.
Hay muchas escuelas de baile, clubes de baile, etc., en las que he pedido trabajo como profesora de baile, ya sea de baile de salón o latino, y no me han llamado o me han rechazado directamente por ser mujer y no traer a un hombre como pareja. Porque en esos mismos espacios de baile, los hombres podían trabajar solos y tomar la iniciativa, pero no las mujeres.
La historia más dolorosa para mí, y al mismo tiempo lo que marcó un punto de inflexión en mi vida, fue cuando un club de baile me llamó para enseñar un taller de bachata y me preguntó si era posible traer un compañero. No quería rechazar el trabajo porque siempre había querido ser parte de esa escena y le pedí a un estudiante (hombre) que me acompañara.
Le dije que le pagaría la mitad de lo que iba a ganar, no recuerdo cuánto exactamente (por ejemplo, 100€), así que dije 50€ para ti y 50€ para mí. Era un estudiante que había estado aprendiendo conmigo durante mucho tiempo y aceptó.
Hicimos el taller. Lo marqué con él previamente y yo misma me puse el micrófono. En ese momento, el jefe ya comentó “¿llevas el micrófono? ¿La mujer?” y yo respondí: “sí, por supuesto. Soy la profesora”. Su cara no fue exactamente lo que llamarías agradable, cálida y complacida.
Bailamos toda la noche y, cuando llegó el momento de irnos, el jefe vino a nosotros con dos sobres: mi estudiante recibió 60 euros y yo recibí 40€. A lo que mi estudiante responde “a mí me dieron 10€ más al final” y yo dije: “sí, son los mismos 10€ que me quitaron a mí”. Su respuesta fue “¿por qué es eso?” Le expliqué que en algunos lugares el hombre gana más y él dijo “¡genial!”. No tuvo la decencia de darme mi parte del dinero y dos días después conoció a una chica, se despidió de la escena del baile y dejó de bailar.
Desde ese momento en mi vida me niego a que me impongan un compañero, aunque eso signifique enseñar menos clases, enseño sola. He estado entrenando y aprendiendo durante muchos años como líder y seguidora, mis padres pusieron mucho esfuerzo y trabajo para que aprendiera a bailar y hasta hoy no necesito un compañero de baile masculino, le guste a quien le guste.
La historia de Raquel Cobo es una de éxito y logros en un mundo de baile de “pareja tradicional”. Gracias a ella, las nuevas y futuras generaciones de bailarinas y profesoras tienen hoy un camino un poco más fácil por delante. Cada día aparecen nuevos talentos en la escena del baile, y gracias a personas como Raquel que luchan y han luchado por la igualdad de género, la escena del baile en pareja es hoy un poco mejor.
Si conocemos nuestra historia, no tenemos que cometer los mismos errores de nuevo.
No olvides seguir a Raquel, comentar y darnos tu opinión.
1 comentario
Ricardo Martínez · 29 noviembre, 2021 a las 6:52 pm
Guapísima donde las hay. Mejor imposible. Talento, dedicación, sacrificio y mucho amor por la música y el baile. Todo corazón.👏👏👏👏👏👏👏👏👏👏😍😍😍😍😍😍😍😍😍